La utilización del fondant como principal recurso decorativo en la repostería personalizada está experimentando un notable declive. Cada vez son más los profesionales que apuestan por un estilo más natural y sofisticado, en el que la decoración floral se posiciona como protagonista para ofrecer resultados que no solo satisfacen el paladar, sino que también cautivan la vista. Esta nueva corriente busca transformar el simple acto de comer una tarta en una experiencia multisensorial, donde el equilibrio entre sabor y estética es clave.
Una de las principales ventajas de esta tendencia reside en la versatilidad de las flores utilizadas. A diferencia del fondant, que es comestible pero a menudo criticado por su textura y dulzura excesiva, la decoración floral puede incorporar tanto flores comestibles como naturales, que se retiran antes de servir. Esta práctica garantiza la seguridad alimentaria sin renunciar a la creatividad, ya que permite jugar con una amplia paleta cromática, texturas y formas, elevando la presentación a un nivel más artístico y elegante.
Esta fusión entre repostería y floristería ha encontrado un claro exponente en la colaboración entre la cadena de cafeterías Dulce Safari y la floristería de lujo Les Fleurs. La alianza se formalizó en un taller organizado para la inauguración de la nueva tienda Dulce Safari Goya (ubicada en Alcalá, 124, Madrid), donde ambas disciplinas se entrelazaron para crear piezas únicas que combinan calidad, sabor y belleza visual.
Existen tres creaciones emblemáticas que ilustran este enfoque:
- La tarta “Jirafa”, que representa la tradición y el clasicismo. Esta cheesecake clásica está elaborada con quesos cuidadosamente seleccionados y solo ingredientes naturales, lo que le confiere un sabor auténtico y delicado. Para su decoración, se utilizan margaritas y siemprevivas, flores que aportan simbolismo y elegancia.
- La tarta “Pantera”, rompe con los moldes tradicionales para ofrecer un sabor intenso y sofisticado. Su base combina Nutella con ingredientes naturales de alta calidad, logrando un perfil gustativo profundo. Para su adorno, se emplean flores africanas como el kaaps verde y acédra, que aportan un toque exótico y refinado.
Este movimiento va más allá de una simple moda; refleja una evolución en la percepción del consumidor y del pastelero. Hoy, el cliente demanda productos que transmiten autenticidad, frescura y exclusividad, elementos que el fondant no siempre puede ofrecer. Por el contrario, la decoración con flores naturales abre nuevas posibilidades creativas, permitiendo confeccionar tartas que sean piezas de arte efímero, donde cada detalle cuenta.
