Lima está experimentando una transformación en su oferta gastronómica, especialmente en zonas tradicionalmente conocidas por su enfoque en oficinas. Distritos como San Isidro, Miraflores y Barranco se están reinventando para atraer no solo a trabajadores de oficina, sino también a comensales durante los fines de semana.
El centro empresarial de San Isidro, por ejemplo, está incorporando más espacios residenciales, lo que a su vez está impulsando la llegada de nuevos restaurantes. El proyecto Paseo Begonias, ubicado en San Isidro, ha sido un gran éxito, con su ocupación al 100% y una creciente demanda de restaurantes y cafés en la zona. En el futuro cercano, nuevos desarrollos como Torre Rosales, que combinará oficinas y un hotel, aumentarán el flujo de visitantes, consolidando la zona como un punto gastronómico clave.
Otras áreas en Lima también están comenzando a destacar como destinos gastronómicos. En el Centro de Lima, La Victoria y el Callao, se han identificado más de 2,500 locales comerciales que están siendo ocupados por restaurantes y cafés, ofreciendo una variada oferta para los oficinistas que buscan calidad y conveniencia.
Además, Barranco sigue siendo un punto caliente para la gastronomía, gracias a su carácter turístico, mientras que San Borja comienza a emerger con una oferta que se inclina hacia la comida asiática. Estos desarrollos demuestran que el mercado está en constante expansión y que la gastronomía se ha convertido en un factor clave para la revitalización de estos distritos.
Sin duda, los próximos años traerán un auge de nuevos proyectos que enriquecerán la oferta y convertirán a estos corredores comerciales en destinos imprescindibles para disfrutar de la buena comida.
