Las aguas premium se han convertido en un negocio que cada vez crece más y por el que cobran mucho más dinero. ¿Pagaría tanto dinero por una botella de agua?
La industria del agua de lujo ha crecido en los últimos años. Muchas marcas han surgido con la intención de ofrecerle a los clientes aguas “enriquecidas”, con sabor más puro y hasta con propiedades que van más allá de la imaginación.
En Sidney se ha vuelto normal que en los restaurantes ofrezcan agua Frequency H20, que tiene un proceso con sonido, luz y frecuencias que le otorga diferentes sabores como Amor (528Hz), Lunar (210.42Hz) y Rainbow (430-770THz).
Su creador Stuart Hinton cuenta que se inspiró para crear esta marca después de un largo episodio de depresión. “Solo es un deleite para las personas, y ofrece esta promesa a los consumidores al tener algo de tan alta calidad y personas que pueden saborearlo. Ellos pueden sentir la diferencia. Está limpio, es ligero, a ellos les encanta. Les encanta la idea. Qué maravilloso concepto. Hermosa agua “.
Gracias a este proyecto, Love se convirtió en la primera marca de agua australiana en casi tres décadas en ocupar el primer lugar en la mejor categoría de agua embotellada de la prestigiosa cata internacional Berkeley Springs.
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Pero esto es solo una muestra de lo que se está viendo en el mundo en cuanto al agua de lujo.
Marcas como Svalbard se venden por $115 dólares la botella de 750 ml. Según sus fabricantes está hecha de icebergs recolectados en expediciones al Océano Ártico. Las botellas de agua con cristales y el agua de cristal infundido como la de Madame Dry de Australia (a $ 49.99 dólares por paquete de 12 unidades) son tendencia dentro de la cultura del bienestar impulsado por influencers de todo el mundo inspiradas en la naturaleza “bienestar” de Instagram.
Fuente: Revista Diners ,23 de enero de 2019